Hace mucho tiempo se hablaba acerca de este gran valor. Mayormente se atribuye a un concepto religioso, sin embargo hasta entre los miembros de estas instituciones se está perdiendo poco a poco este valor.
Antes de
seguir adelante, quisiera aclarar que al hablar de humildad nos referimos a la actitud que se tiene ante nuestro Padre
Divino. No en un ámbito religioso. No hablo de inclinar la cabeza ante seres
humanos líderes terrenales, quienes esperan una absurda obediencia y han
abusado de su autoridad más específicamente en estos últimos años.
La humildad
ante Dios por parte de los seres humanos es un gran valor que es necesario
entender y rescatar. Sobre todo entender por qué este valor nos puede llevar a
rescatar nuestra deplorable situación actual mundial.
Todo lo que
sucede a nuestro alrededor es por causa de las decisiones del ser humano, todos
hemos tenido que ver en esta situación a la que hemos llegado, de una u otra
manera, en un mayor o menor grado.
Estando en
este mundo físico, nadie puede decir que es un santo. Es necesario reconocer
nuestras fallas, nuestras faltas, nuestras debilidades, nuestro ego que nos ha
conducido hasta este tiempo.
Hemos actuado
como si al abandonar este plano de la materia, todo acabara ahí. Y todavía hay
millones de personas que están seguras que irán directo al Cielo. Cosa que no
es. ¿Por qué? Porque sencillamente se piensa que nuestro Amado Maestro Jesús ya
cargó por nuestros pecados y estamos “más fácilmente liberados”. Los Seres Divinos
nos comunican que no es así y están tratando de que todos nosotros entendamos
Sus mensajes. Y si lo reflexionamos bien, tiene mucho sentido. No es posible
sólo rezar, ir a una misa, sentir que “yo estoy en paz”, que “yo estoy bien” y
que los demás que se las arreglen solos. ¿Acaso no vemos cómo la Madre
Naturaleza está pagando todas las consecuencias de nuestros actos? ¿Acaso no se
ve como abunda la desesperación? ¿Cómo es posible estar en paz sin haber puesto
sólo un granito de arena para mejorar la situación que nos rodea y nos
concierne a todos?
También se
piensa que Dios vendrá a poner orden y si es así ¿es bueno pensar que a
nosotros no nos toca hacer nada? ¿Qué
no tenemos por qué hacer algo?
Si tuviéramos
humildad veríamos todas estas cosas, pero a veces preferimos no ver, para no
comprometernos de ningún modo y seguir la vida como si nada pasara.
¿Y los
terremotos que van en aumento? Las erupciones volcánicas, las inundaciones, deslaves
de cerros, cambios drásticos de clima todo ello ¿no nos concierne? ¡Pero si todos
estamos en el mismo barco!
La falta de humildad
nos está cegando ante las advertencias y los mensajes de colaboración con el Mundo
Espiritual que nos tiende la mano de ayuda.
En realidad Dios
ya empezó a poner orden y lamentablemente muchísima gente está saliendo del
mundo sin saberlo. Y qué obras buenas van a mostrarse ellos mismos y ante un
Mundo Espiritual del que pensaron que aquí en la vida ¡no valía la pena pensar
ni poner atención!
Aún tenemos
tiempo teniendo la Vida.
Misión Faraón:
http://misjafaraon.com/spanish/sesion-no-331-empezar-a-pensar/
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