En
este mes de marzo que ya casi termina, casi cada artículo que leemos en
distintas fuentes de información a nivel mundial, está relacionado con el tema
principal que nos concierne a todos: la pandemia del coronavirus.
En qué parte del mundo no se conoce esta palabra, en qué país no se habla de esto. Tal vez sea la palabra más pronunciada en el mundo en estos últimos días, sobre todo en el campo de la salud.
Por supuesto que esta pandemia tiene una razón de ser. Ya
casi todos sabemos que desde un laboratorio se ha llevado al exterior un arma
biológica bastante elaborada, con una tecnología muy desarrollada y la alta
velocidad de expansión de este virus es lo que más sorprende. Nos queda claro que
en sí este virus tiene su potencia por ser un arma. Sin embargo, debido a la calidad de cuidado que le estamos dando hoy en día a nuestros organismos, no es extraño que exista una
cantidad enorme de gente contagiada.
Imagen fuente:theconversation.com |
Para la gran mayoría de personas que viven en este Planeta, el concepto de cuidar la salud es totalmente distinto al que se tenía por lo menos hace unos 50 o 60 años. Vivimos en un sistema que apoya la idea que cuidar la salud es ir a visitar al médico y recibir recetas para surtirse de medicinas químicas. Por supuesto que en este modo de vida –tan apresurado– lo conveniente es “curarse” de manera rápida, porque todo debe ser “rápido”. La comida debe ser “rápida”. El ganar dinero debe serlo también por lo que el trabajo debe ser “acelerado”. Qué ironía que este virus actual está actuando de manera “rápida”, ajustándose a los estándares sociales actuales.
Sabemos que nosotros mismos estamos favoreciendo la velocidad del contagio, no sólo por el hecho de que con frecuencia nos encontremos formando parte de un grupo grande de personas en un espacio cerrado como en cines, filas, supermercados, etc. Sino también por el hecho de llevar el estilo de vida que llevamos, el cual se caracteriza por la baja calidad de los productos que muchas veces elegimos para alimentarnos o para hidratarnos. Además por la falta de descanso y porque muchas veces los pocos momentos de diversión que se tienen, se gastan en lugares donde no hay aire limpio. Ni hablar de los lugares de trabajo donde con frecuencia no hay mucha luz y la calidad del aire está muy ionizado.
Otro aspecto poco favorable que caracteriza el modo de vida de hoy, que es sin duda –el más importante– aunque sea difícil de creer, es el estado mental en el que se vive, que viene siendo el blanco perfecto para un virus de tal magnitud como el que está hoy entre nosotros. Aunque lamentablemente va a tardar algo de tiempo para que nos demos cuenta de ello, es muy verdadero que el estado mental que tenemos influye increíblemente en nuestro estado de salud.
Imagen fuente: denkomesa.blogspot.com |
El
estado mental, lleva por lo tanto al estado energético de una persona. Sé que
la gran mayoría de personas no logra hallar la conexión que hay entre la
energía sutil y lo que es un agresor
físicamente “grande”, como lo es el pequeño virus.
¿Qué habrá en la mente de millones de personas que diariamente están siendo arrastradas por el estrés?
Tengamos muy presente en este tiempo, que los pensamientos bajos de pelear por la comida, de arrebatarse los productos, de caer en pánico, de dar rienda suelta al egoísmo, al miedo… sólo será contraproducente, porque el primer afectado es la persona misma que se llena de negatividad al producir tantos pensamientos erróneos, y ésta baja frecuencia tarde o temprano se convierte en un enemigo aún mayor.
Una buena ayuda en estos momentos es relajarse, orar, practicar la meditación, tranquilizarse, escuchar una música relajante, la música favorita, observar el cielo, apreciar la naturaleza, el silencio, leer buenos libros, etc.
Este virus tiene su propósito y lo debe cumplir, todo tomará su tiempo. No importa que las cifras de contagiados o muertos vayan en aumento cada día por un lado y por otro. Cuando nos calmemos estaremos cooperando de manera impensable para que esta pandemia no se convierta para todos nosotros en un enorme monstruo, al contrario ya estando tranquilos podremos escuchar los susurros de sugerencias de parte de nuestros Guías y Protectores Espirituales, lo cual se refleja en las buenas ideas que nos llegan a la cabeza para poder sobrellevar positivamente esta situación y poder tomar las mejores decisiones para nosotros y nuestra familia.
Imagen fuente: alianzauniversal.org |
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