Ya desde el pasado
mes de mayo del 2020, las personas de distintos países del mundo empiezan a
salir del “encierro”. Todos desean volver a la “normalidad”.
¿Qué
significa la –normalidad– para muchas personas? ¿Es acaso volver a la rutina a
la que la gran mayoría ha estado acostumbrada a vivir dentro de este Sistema?
¿Se trata de seguir con la rutina de estrés, prisas, enojos, carreras,
presiones y pensar que todo esto no importa con tal de ganar dinero?
Algo ha
golpeado al mundo, y no es algo pasajero de lo que dentro de unos meses ya nos
habremos olvidado.
Los países que ya regresan poco a poco a sus actividades, deben enfrentar el hecho de que el virus nos va a hacer compañía algún tiempo. Así que por lo pronto todos se están ajustando a las normas impuestas por los gobiernos Tal vez, los niños en las escuelas tendrán que utilizar cubrebocas todo el tiempo, tal vez no todos compartan las mismas horas de recreo, de comedor, se les tomará la temperatura a cada niño, etc… En las universidades, las clases presenciales tal vez se deban tomar guardando la distancia aconsejada. Así como en distintos lugares de trabajo, en las fábricas, las oficinas o líneas de producción se tendrán que rediseñar, etc…
Fuente: rfi.fr |
Los países que ya regresan poco a poco a sus actividades, deben enfrentar el hecho de que el virus nos va a hacer compañía algún tiempo. Así que por lo pronto todos se están ajustando a las normas impuestas por los gobiernos Tal vez, los niños en las escuelas tendrán que utilizar cubrebocas todo el tiempo, tal vez no todos compartan las mismas horas de recreo, de comedor, se les tomará la temperatura a cada niño, etc… En las universidades, las clases presenciales tal vez se deban tomar guardando la distancia aconsejada. Así como en distintos lugares de trabajo, en las fábricas, las oficinas o líneas de producción se tendrán que rediseñar, etc…
Imagen fuente: es.azvision.az |
Las vacaciones de muchas personas sufrirán cambios, empezando por
el reacomodo en los hoteles; en los restaurantes ya se colocan pantallas
separando a los comensales, en fin... En cada país los cambios serán muy
visibles. Los habitantes de casi todos los países se deberán ajustar a los
cambios a excepción de Suecia, un país que dejó que todo siguiera su curso
normal con las evidentes consecuencias; tal vez así habría sido mejor para los
países con menor densidad demográfica, porque para los de mayor número de
habitantes, el caos lo representa la saturación de pacientes en los hospitales.
A veces pienso
que todo este asunto de la cuarentena sólo ha servido para alargar el proceso
de expansión del virus. Ya muchas personas ansían volver a la normalidad. Aún
sí, espero que muchas personas piensen en el sentido que tiene su vida, ¿ésta
debe ser como hasta ahora ha sido? ¿Así sin darse cuenta de las terribles cosas
que suceden a nuestro alrededor? Es decir, se debería seguir viviendo de tal
manera en la que no se toma en cuenta al prójimo y sólo se piensa en que: yo
debo sobrevivir, yo debo competir, yo debo ganar dinero, yo debo progresar, yo
debo viajar, etc. Esta “normalidad”, esta forma tan egoísta de vivir, dejando
que las personas del mundo se maten entre sí y no hagamos nada, que tanta gente
gane muy poco y no hagamos nada, que mucha gente viva ignorando muchos aspectos
que le darían tanta tranquilidad y no hacer nada. El –no hacer nada– terminará
por afectarnos a todos sin excepción tarde o temprano, empezando por uno mismo.
Los gobiernos
están rediseñando una “nueva normalidad”, o diciéndolo de otra manera, están
rediseñando un –nuevo molde– para el cual nosotros debamos ajustarnos, y con el
cual ellos puedan continuar con el diseño de un Sistema del que saquen tanto provecho
posible de la gran cantidad de gente, –sacando– dinero de los bolsillos de las
personas para sus jugosos negocios. Así ha funcionado desde hace mucho tiempo la
“normalidad” en la que hemos vivido casi 1,700 años y así ellos esperan que lo
siga siendo.
Imagen fuente: tiemposeguro.com |
Y la gran
mayoría que somos todos nosotros ¿qué? ¿Es que no tenemos ni idea de cómo vivir
para evitar seguir con este esclavismo moderno y lo más cómodo es hacer todo lo
que los gobiernos dicten y hacer lo que todos hacen? ¿Es válido PERMITIR que
los gobiernos hagan con nosotros lo que quieran? En lo personal opino que no. Cada
uno de nosotros es capaz de diseñar su propia vida sin las ideas tóxicas que
nos han llevado a todo este caos humanitario.
Yo deseo y
hago algo distinto, por ello vivo de manera diferente. En mi vida y la
de mi familia, ya no existe ese molde que presiona con fuerza para sacar tanto provecho
posible de cada individuo, aquí hemos dicho: ¡ya basta de todo esto! Con esto,
no es mi intención convocar un enorme mitin para ir a gritar y dar rienda
suelta a las emociones reprimidas por la cuarentena, como lo están haciendo
muchas personas en distintos países. No, eso no. Sin embargo me rebelo contra
lo que estoy en desacuerdo, pero nuestra rebeldía es pacífica, concreta,
silenciosa y eficaz.
En la
actualidad cada uno, por LIBRE VOLUNTAD, ya decide lo que hace y hará con su
vida mientras la tenga.
El virus de la
Limpieza va a seguir actuando en todo el mundo. ¿Acaso le hemos pedido a Dios
Padre con humildad y fe que detenga esta pandemia? ¿Acaso la gran mayoría ha
hecho un resumen de lo que ha hecho y se ha arrepentido de haber sacado a Dios
de su vida? No hablo de ir a las Iglesias los domingos. Como digo
frecuentemente, mi familia y yo no seguimos ninguna religión, tomamos lo mejor
de cada una. Nuestra convicción es que creemos en Dios Padre, e intentamos cada
día obedecer Sus leyes, Sus mandamientos.
Así que, si no
nos hemos esforzado en hacer todo lo posible por tener un corazón limpio y
dirigirnos con éste a lo Alto para que esta pandemia ya salga de nuestras
vidas, entonces tendremos que seguir conviviendo con este nuevo virus por un
tiempo, tal vez largo.
Por lo pronto en unos países ya baja el ritmo
de los contagios, mientras que en otros continúa a la alza, hasta que el virus
cumpla su objetivo de diezmar a la población, porque ese fue el propósito ideado
por las “inteligentes” mentes humanas.
Imagen fuente: blog.oxfamintermon.org |
Y en realidad no
hay nada qué temer si en verdad se confía, no en las religiones, no en los
sacerdotes, en los pastores, en los guías humanos, no en el papel higiénico, en
los cubrebocas, caretas, guantes, … sino en Dios Padre mismo, en Sus Enviados,
en las Instancias Superiores. Todo el tiempo es lo mismo: nuestra tranquilidad
depende en quién depositamos nuestra confianza.
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