Estamos ante un panorama de acontecimientos que se venían vaticinando desde hace muchos siglos. Es algo muy curioso que precisamente en nuestro tiempo, en el que la tecnología llega prácticamente a todos los rincones de la Tierra, todos nos estemos enterando de las cosas que están sucediendo en el mundo, del enorme terreno que la verdad está ganando ya día a día. Y también es curioso que todos los habitantes de este planeta estemos experimentando en carne propia los eventos que se supo habían de llegar. Al parecer todos teníamos que estar enterados.
Apenas podemos aceptar el hecho de que seamos nosotros a quienes tocó vivir el Final de los Tiempos. Recuerdo que cuando era muy joven me intrigaba mucho lo que venía escrito en el Libro del Apocalipsis. Pensaba que ese tiempo llegaría en un futuro muy, muy lejano, que con suerte a mí no me tocaría vivirlo. Sin embargo, sabiendo lo que sucedía en aquel entonces, ya se percibía que una atmósfera de conflictos locales y mundiales crecía cada vez más. Se sentía que la situación mundial iba de mal en peor. Cada uno de nosotros, tratábamos de seguir el ritmo de la vida evadiendo o resolviendo las circunstancias adversas, confiando tanto como fuera posible en la Protección Divina, que para muchas personas era y es lo mejor que podemos hacer.
Fuimos viendo cómo las nuevas generaciones poco a poco iban perdiendo el conocimiento profundo de Dios, del Creador de la Partícula Divina que somos cada uno de nosotros. Se fue perdiendo poco a poco el conocimiento acerca de Dios, acerca del Amor, de la moral, de los buenos principios, de la familia, etc. En una palabra la conciencia humana se fue perdiendo en medio de nuevas corrientes de pensamiento cuyo obscuro objetivo era convertir al ser humano en un siervo inconsciente cuya principal motivación tenía que ser coleccionar simples trofeos materiales, que olvidara su hermosa esencia, sus habilidades naturales como la intuición, su conexión con el Padre Divino, el razonamiento propio, la valentía y lo peor de todo que perdiera la fe.
Con todo lo olvidado, se ha dejado ver el evidente declive de la humanidad. Se ve el caos que se provoca cuando el ser humano se llena de un gran ego y se olvida del gran valor que representa la diaria conexión con los Seres del Mundo Espiritual de Luz, quienes -realmente- nos ayudan en las situaciones adversas que nos toca enfrentar en esta vida. Si esto se ha olvidado, no es raro que haya tantos suicidios, tanta desesperación y una gran locura en muchas mentes humanas.
Pero la situación llegó al límite y por fortuna nuestra nuestro Padre Divino ya ha empezado a poner un gran orden, para ello se está valiendo de personas clave a nivel mundial. Todo está empezando a cambiar poco a poco. Muchas personas se están empezando a identificar con las buenas cosas que están sucediendo porque reconocemos lo que significa Orden. El cambio que muchos hemos estado anhelando durante tanto, tanto tiempo, poco a poco se está convirtiendo en realidad. Todo este orden va a continuar y como lo ha transmitido nuestro Amado Protector de la Tierra y de la Gente, el Ser Espiritual, EA, nadie lo puede detener.
Que la voluntad de nuestro Adorado Dios Padre se cumpla ¡ahora y siempre!
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